“El pasado es la única cosa muerta cuyo aroma es dulce”.
Edward Lawrence Thomas
La memoria y sus aliados:
Es cierto que en nuestras retinas permanecen impresas millones de imágenes que se han ido depositando poco a poco a lo largo de nuestra vida. Son estas imágenes las que nuestra memoria nos devuelve de vez en cuando en pequeñas dosis. Muchas de estas instantáneas pertenecen a las calles y a la gente de nuestro pueblo. Calles y gente que han ido cambiando e incluso desapareciendo con el paso del tiempo.
También es verdad que la memoria no se suele llevar muy bien con el devenir de los años y, además, tiene esa manía de tergiversar las cosas y de devolvernos estas imágenes a veces de modo confuso y, en ocasiones, bastante alejado de la realidad. ¿Cuántas veces hemos ido a un sitio que hacía muchos años que no visitábamos y nos ha parecido más pequeño, más grande o, simplemente, diferente a como lo recordábamos?.
De todos modos, es conveniente decir que, en estos últimos años nuestras neuronas lo tienen todo mucho más fácil y esto se debe a que le han salido al paso tres grandes aliados: la cámara de video, la cámara de fotos digital y finalmente el teléfono móvil de última generación que puede realizar las funciones de las dos anteriores y que está omnipresente en el bolsillo de cualquier ciudadano. De esta manera, nuestra memoria no tiene ni la más mínima posibilidad de equivocarse ya que sólo tenemos que tirar de una carpeta de nuestro ordenador llamada “Viaje a Mallorca” y tenemos más de 300 fotos y algún que otro vídeo que nos dan cuenta hasta de los detalles del cuarto de baño del hotel en el que estuvimos alojados y que quedará inmortalizado "per saecula saeculorum" en el seno de nuestro disco duro.
Pero, como digo, hubo un tiempo (a algunos les costará creerlo) en el que no existían las cámaras de vídeo, ni las cámaras de fotos digitales, ni estos móviles tan maravillosos con cámaras "supermegapixeleadas". Y aunque muchos piensen que estoy hablando de la prehistoria les aseguro que no hace ni 10 años de ésto de lo que ahora les hablo. Hace 20 años, un ciudadano medio que no se dedicara a la fotografía (es decir, alguien que no fuese Bernardino, “el Quini” o Reche) no revelaba más de 2 carretes al año. Esto nos da la suma de unas 48 fotos anuales y eso en el mejor de los casos. Por supuesto, en esas 48 estaban incluidas las fotografías de la comunión de la niña y las instantáneas desenfocadas que el niño había hecho en el viaje de fin de curso de 8º de E.G.B.
Si ya hablamos de hace 50 o 60 años la cosa se complicaba todavía más y el álbum de fotos familiares quedaba reducido a aquella humilde instantánea que hacía el retratista de la feria (les hablo de esa con un niño de cara asustada montado sobre un caballito de cartón), a la única foto de la boda (ojo, he dicho única foto) y a ese entrañable retrato que te hacían en la escuela en la que aparece un muchachito-a repeinado sentado delante del mapa de España con la “Enciclopedia Álvarez” abierta de par en par. (Por cierto si se fijan bien en este mapa que aparece detrás puede que lean “Castilla la Nueva” y “Castilla la Vieja”, ¡Ya ha llovido!)
Es precisamente en esta época, donde la memoria no tiene ningún tipo de apoyo multimedia y se encuentra sola ante el peligro, donde nos colamos nosotros con nuestro ambicioso proyecto.
Surge la idea:
El origen de este proyecto tiene nombre y apellidos:
José de la Cerda Jaramillo, persona a quién debemos un extensísimo material
video-gráfico de incalculable valor sobre nuestro pueblo ya que su cámara ha estado presente en todos los acontecimientos de nuestra localidad desde el año 87 (Ferias, Semanas Santas, Vía-Crucis, Rocíos, Inauguraciones y actos conmemorativos de todo tipo).
Remontándonos al año 1987, a José le fue encargado por el ya desaparecido
Cipriano Moreno Montero, antiguo alcalde de nuestra localidad, realizar un montaje audiovisual en el que se mostrara la evolución y cambios que habían seguido diversas calles de Santiponce a lo largo de su gobierno. Se trataba de realizar un video promocional para su campaña electoral y que sería emitido a través del “vídeo comunitario”. En este audiovisual se muestran zonas, a veces irreconocibles, de nuestro pueblo que han sufrido cambios espectaculares.
Hace unos meses José de la Cerda nos enseñó este vídeo que permanecía dormido entre sus cintas VHS a un servidor
(Manuel de la Cerda) y a Diego Escobedo. En ese momento fue cuando surgió la idea.
Con la ayuda de programas informáticos de captura de vídeo, con los que más o menos me defiendo, y de retoque fotográfico que Diego conoce y maneja a la perfección pudimos recuperar, con la máxima calidad posible, todas y cada una de las fotos que componían ese vídeo que mostraban el antes y el después de las calles de nuestro pueblo. Más tarde, comentándolo con algunos amigos, nos ofrecieron algunas fotografías antiguas que conservaban para ver si nos servían.
Fue en ese momento cuando los tres coincidimos en que en este proyecto podía alcanzar cotas más altas que las de mostrar simplemente las fotos extraídas de un vídeo antiguo. Teníamos que hacer partícipe a todo el pueblo pues estaba claro que muchos vecinos de Santiponce tenían material fotográfico. Como decíamos antes, a lo mejor un individuo sólo disponía de 5 o 6 fotos guardadas en una desconchada lata de dulce de membrillo o entre las páginas de un viejo misal. Pero si lo multiplicábamos por todo un pueblo podíamos llegar a la conclusión de que había mucho material condenado al olvido. En definitiva, una verdadera lástima.
Teníamos claro que fotos había muchas lo que ocurría es que estaban desperdigadas y que lo más complicado de todo era reunirlas, sobre todo antes de que se perdieran definitivamente o, aún peor, antes de que desaparecieran las personas capaces de identificar los sitios y los rostros que aparecen en esas fotos en blanco y negro.
Fue entonces cuando se nos ocurrió la idea de utilizar el medio idóneo mediante el cual la gente se pudiera poner en contacto e intercambiar información con la velocidad del rayo: hablábamos lógicamente de Internet. Surgió entonces la idea de la página web, surgió la idea de “Santiponce en la Retina”.
En busca del tesoro...
Conviene quedar claro que esto es un proyecto que iniciamos tres personas pero necesitamos la ayuda de todos. Se trata de recoger esas fotos que guardan celosamente nuestros padres, abuelos y vecinos y sacarlas de nuevo a la luz para, de esta manera, hacer entre todos un álbum fotográfico-histórico de nuestro pueblo. Eso es imposible de hacerse entre dos o tres aunque puede resultar muy sencillo entre muchos.
El primer problema lo encontramos en que justo las personas que guardan las fotos que nos interesan son, generalmente, mayores y no están muy puestas en informática. Nos tocará a los más jóvenes y a los no tan jóvenes que se defiendan con las nuevas tecnologías, la tarea de escanear y mandar por e-mail las fotos.
Es conveniente aclarar también que nuestra intención es que haya el menor intercambio de fotos “de papel” posible. Pensamos que lo ideal es que nos las hagáis llegar escaneadas vía e-mail, no obstante, nos ofrecemos gustosamente a hacerlo nosotros en el caso de que alguien no tenga ordenador o escáner o no sepa o, sencillamente, prefiera que lo hagamos nosotros (Tardaríamos unos minutos). Somos conscientes del incalculable valor que tienen estas fotografías y las cuidaríamos como si fuesen nuestras.
De todos modos, instamos a los nietos, a los hijos o a los vecinos a que sean ellos los que recuperen esos pequeños tesoros y nos los hagan llegar.
Por supuesto, se pondrá el nombre de quién aporta las fotografías.
¿Cómo lo hacemos?
Para que todo sea más sencillo, organizaremos las fotos en varios apartados según la temática de las mismas. Como pueden ver en el panel lateral izquierdo hemos creado el apartado "Callejero", "Festejos", etc.. Dentro de cada uno de ellos daremos sugerencias sobre las fotos que buscamos: Cuáles nos sirven y cuáles no (Por ejemplo, en el apartado del callejero queremos que la fotografía muestre preferentemente cómo era el aspecto de esa calle en el pasado y daremos menos preferencia a las personas que aparecen en ella. Somos conscientes de que antes no se solían hacer fotos a una calle vacía pero, a lo mejor, aparecen en ella un par de personas y se ve muy bien como era, por ejemplo, la antigua Plaza de la Constitución o la Calle Real)
Pondremos a vuestra disposición un FORO, que creemos que es imprescindible para recabar, entre todos, información sobre algunas fotos, para identificar a gente que aparece o averiguar en el año que se realizó.
También tenemos nuestra dirección de correo electrónico para el envío de fotografías:
"santiponceenlaretina@hotmail.com"
Concluyendo, pensamos que puede ser un proyecto muy atractivo para mucha gente ya que intentaremos recabar material que a muchos les puede hacer mucha ilusión ver. A los mayores les servirá para recordar y a los más jóvenes para saber cómo era su pueblo hace 30, 40 o 50 años. Lo que está claro es que a todos nos hará pasar un buen rato.
De esta manera rescataremos una parte de la historia de nuestro pueblo a través de la fotografía, a través de esas imágenes que permanecerán ya para siempre en nuestras retinas.
Por último, no se nos puede olvidar hacer una mención muy especial a esos fotógrafos de nuestro pueblo cuyas cámaras han tomado cientos... miles de instantáneas. Algunos, simples aficionados, otros más profesionales; algunos ya desaparecidos (Bernardino, Quini), otros todavía al pie del cañón (Familia Reche, Borrallo) pero imprescindibles todos ellos ya que sin sus fotografías este proyecto lógicamente no se podría haber realizado.
¡¡¡ MUCHAS GRACIAS A TODOS !!!